miércoles, 17 de junio de 2015

El porqué de este blog

Hola!!

Como en otro blog que tengo, quiero empezar contando el porqué de comenzarlo y el porqué de retomarlo ahora.

Hace un par de años, me embarqué en mi enésimo intento de perder kilos con la dieta Entulinea. Y digo enésimo porque ya había probado antes con ella, con bastante éxito, por cierto. La seguí durante un tiempo y me fue bien en cuestión de pérdida de peso, pero en la cuestión mental acabé sintiéndome mal y dejándola. Y es que seguir dietas me cuesta un mundo.

Siempre fui una niña gordita. Los comentarios de la gente no faltaban, y eso me llevó con 12 años a empezar mi primera dieta. He hecho de todo, Atkins, Biomanán, Scardale, disociada, disociada de la Carrá, etc... Y eso ha desembocado en una compulsión difícil de sobrellevar para mí. Sí, soy comedora compulsiva.

He buscado ayuda por activa y por pasiva. He probado con métodos de psicología a distancia, he leído todo tipo de libros a cual más disparatado, he ido al psiquiatra, al psicólogo... y nada. Siempre a la búsqueda del método milagroso que me ayudase con mi problema de peso y siempre encontrando palabras vacías y decepción.

De un tiempo a esta parte, entendí que mi prioridad tenía que ser recuperarme y dejar los atracones, pero a esto se le sumaba una dificultad y una paradoja: a la misma vez tenía que perder peso. Difícil cuestión. La recuperación se logra comiendo de todo y sin restricción, y con mi obesidad esto se vuelve un arma de doble filo, porque por salud también necesito adelgazar.

Ya desesperada, me metí en un tres grupos de Facebook de comedores compulsivos, dos americanos y uno italiano. Navegando por el italiano, descubrí un comentario de una chica que decía que recuperarse y adelgazar era posible con un libro llamado "Peso justo para siempre" de una experta en PNL llamada Debora Conti. Era un ebook y costaba 6'49 euros (algo caro para ser un ebook) pero yo tenía que probarlo (siempre me pasa cuando descubro algo nuevo, siento que puede ser lo que estoy buscando y me entra una necesidad irrefrenable de conseguirlo). Total, que acabé comprándolo (por supuesto). Lo leí por encima y no me pareció ni bien ni mal. No lograba centrarme en lo que me decía aunque tampoco me parecía un timo soberano. El caso es que alguna frase quedó grabada en mí, y en poco tiempo, volví a él. Lo empecé de nuevo y pasó algo sorprendente. Por primera vez, sentí que el libro hablaba mi idioma, me llegó dentro y me caló, y sus palabras penetraron en mi cerebro dejando huella. Empecé a probar las técnicas de Debora Conti, empecé a comer